Katixa Agirre: «La maternidad es la antilibertad»
Ser madre no es una obligación aunque a veces parece que lo sea. Cambia la vida de cualquier mujer pese a que no siempre sea para bien y en casos extremos puede convertirse en una pesadilla. ‘Las madres no’ (editada en castellano por Tránsito y por Amsterdam en catalán) es una novela que parte de una de esas situaciones límite inexplicables, un infanticidio, a partir de la cual la escritora vasca Katixa Agirre explora las contradicciones de la maternidad.
Agirre, que tiene dos hijos, se pone en la piel de una novelista que intenta reconstruir la historia del asesinato de dos bebés, saber por qué una madre llega a tal grado de desesperación, y lo hace desde la mirada de otro personaje, el de una escritora que intenta compaginar su reciente maternidad con su trabajo.
¿Por qué eligió la historia de un infanticidio para arrancar el libro?
Al principio fue simplemente una intuición, una manera de empezar el libro derrumbándolo todo, como diciendo ‘esto es un libro sobre la maternidad pero lo primero que te vas a encontrar es a una madre que ahoga a sus bebés, no va a ser simplemente un libro sobre la maternidad’. Empieza con la antimadre, no con la mujer que da vida sino con la que hace todo lo contrario, y eso es algo que no podemos entender. La idea fue empezar a hablar sobre la maternidad a partir de estas ruinas. Luego me he encontrado que el infanticidio tiene mucho más peso histórico y cultural del que yo me pensaba. No es una mera anécdota y en cada época ha tenido sus razones, desde el control de la natalidad a embarazos de mujeres violadas desesperadas.
Más allá de la situación extrema con la que empieza la novela, usted hace referencia a una sociedad hipócrita que te cuenta que no hay nada más deseable o incluso revolucionario que dedicar las 24 horas del día a cuidar un bebé y que puedes quejarte por el cansancio pero no por el aburrimiento. Esas horas infinitas con una criatura a las que ya se refirió Doris Lessing. ¿Todavía cuesta que se entienda que cuidar un bebé también puede tener momentos tediosos?
Sorprendentemente todavía cuesta y hay gente que juzga a esa madre que se expresa así. De hecho muchas no lo explican abiertamente y es en la intimidad cuando este tipo de comentarios salen a la luz. Se empieza a romper ese tabú y ahí está el Club de las Malasmadres pero aún hay quien te mira raro cuando dices determinadas cosas. El padre sí las puede decir.
¿Esto pasa todavía hoy por la educación que hemos recibido?
Sí, es por eso. Los cambios sociales se dan muy lentamente. Tú puedes pensar racionalmente algo pero luego lo que sientes está muy lastrado por el ejemplo de nuestras madres y nuestras abuelas. También hemos heredado el sentimiento de culpa, ese que los padres no tienen cuando se van de viaje de trabajo.
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