Ignacio Morgado: «Puede haber tantos tipos de inteligencia como capacidades»
Al lavado de cerebro los chinos se referían como “lavado de corazón”, convencidos de que para influenciar al prójimo había que pasar antes por este órgano, al que también los egipcios, a diferencia del cerebro, concedían poderes post mortem. Desde la noche de los tiempos, la sombra de la duda ha planeado sobre la humanidad: ¿Cuál es el órgano de la mente? ¿Somos algo más que una máquina? ¿Cómo se adquiere el conocimiento? Aristóteles, Galeno, Descartes o Ramón y Cajal arrojaron luz a un túnel que hoy, pese al boom científico y tecnológico, sigue levantando pasiones. Y no solo las del alma. El catedrático de Psicobiología Ignacio Morgado las compendia en Materia gris (Ariel), una apología del cerebro, aunque advierte: “Lo que pensamos no siempre coincide con lo que sentimos”. Y ahí empieza, de nuevo, el dilema.
El cerebro, ¿ese gran desconocido?
—Desde que hace más de un siglo nuestro compatriota Ramón y Cajal estableció la teoría de la neurona, es mucho lo que hemos aprendido sobre cómo es el cerebro: su física, su química y su funcionamiento, pero todavía nos queda mucho por saber, especialmente, sobre el modo de curar las enfermedades neurológicas.
Para los primeros científicos, el “alma” estaba en el cerebro. ¿Hoy dónde queda?
—La ciencia no utiliza el concepto de alma, pues lo ha sustituido por el de mente y procesos mentales, los cuales pueden darse en diferentes estados y grados de consciencia.
¿El cerebro es el dios de los escépticos?
—Puede que sí, pero que lo digan ellos.
La realidad, dice, es una construcción cerebral. ¿Vemos para creer o creemos para ver?
—La realidad que podemos constatar científicamente no es más que materia y energía. El cerebro interpreta esa realidad a su modo, creando ilusiones mentales. La luz, por ejemplo, no existe fuera de nosotros, solo está en nuestra mente. Fuera de nosotros lo que hay es energía electromagnética. Lo mismo podríamos decir para cualquier otro sentido.
¿El cerebro siempre tiene la razón?
—Razón y emoción son procesos mentales interactivos: ambos forman parte del sistema funcional de la mente humana. No tiene sentido atribuirle razón al cerebro. La razón está o no en la manera de pensar de las personas, algo que sí depende del cerebro.
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